miércoles, 19 de octubre de 2011

La Esperanza de vida de las civilizaciones

La esperanza de vida de las civilizaciones
Preparado por Elmer Lopez Rodriguez
IDR 20 de Octubre de 2011


Después de 200 años de visiones contrastantes entre el pesimismo de Malthus y el optimismo de Godwin, aun está vivo el debate sobre si las innovaciones tecnológicas en la agricultura permitirán la solución a una demanda creciente de alimentos. La dependencia de los sistemas alimentarios al petróleo y la inminente declinación de este producto en los próximos 50 años requiere una reestructuración radical de la agricultura para lograr mantener y mejorar la fertilidad de los suelos agrícolas o el desarrollo masivo de nuevos recursos de energía barata si continuamos dependiendo de los fertilizantes químicos.

¿Cuántos habitantes puede sostener el planeta? es una incógnita aun sin resolverse. De los casi 7,000 millones (7 billones) que al año 2011 existen, aun no se sabe la capacidad de la tierra pero se debe tomar en cuenta la calidad de vida, la calidad del ambiente, y fundamentalmente la calidad de los sistemas alimentarios. Algunos científicos como Ehrlich sostienen que ya sobrepasamos la cifra de tres billones que el planeta puede soportar tomando en cuenta estos factores. Otros dicen que podemos llegar a los 15 billones.

Independientemente de quien tenga la razón, un escenario clave para la sobrevivencia de la humanidad es la reforma de la agricultura tanto industrial como campesina. La agricultura empresarial sacrifica los suelos de calidad para maximizar las ganancias de corto plazo al depender de los fertilizantes y pesticidas químicos. Los campesinos también están destruyendo la base de los suelos agrícolas al poseer parcelas tan pequeñas, que el costo de la infraestructura para mantener, recuperar y enriquecer el suelo agrícola es demasiado caro en el corto plazo.

Tanto en las economías empresariales como campesinas, la sostenibilidad de la productividad agrícola depende de retener y mejorar la fertilidad natural de los suelos. El suelo es un recurso natural renovable solo a escala de tiempos geológicos. A escala de la historia humana, los suelos son recursos no renovables y esto se puede comprobar con la historia de las grandes civilizaciones, como la romana, la egipcia, o la maya, que colapsaron al mismo tiempo que colapsó su recurso natural más importante pero invisible a los ojos de los políticos de su tiempo.

El suelo es un bien fundamental para el desarrollo de nuestra civilización y esto requiere de instituciones que puedan lanzar estrategias de largo plazo y planes para frenar la incesante erosión, que origina uno de los mayores problemas de nuestro país que es la desertización. Cerca del 31% de las tierras del país están en ese camino y hoy por hoy son suelos que han perdido capacidad para producir y están abandonados perdiendo el suelo cada vez que hay una lluvia.

Los subsidios agrícolas para el campesino deben incluir el manejo, recuperación y enriquecimiento de los suelos agrícolas. Esta política es hibrida y virtuosa al lograr la mejora de los sistemas alimentarios locales por un lado pero por otro, al lograr la estabilización de los suelos que hoy están yendo a parar a los ríos, lagos, y finalmente al mar. Muchos de estos recursos, principalmente los lagos y lagunas se estan perdiendo por sedimentacion y eutroficacion. Las represas tambien tienden a colapsar al sedimentarse.

Asi que sin duda, la esperanza de vida de las civilizaciones esta marcada por la perdida de un recurso no renovable a escala de historia humana como lo es el suelo agricola.

Vamos a repetir la historia?

Principal fuente:

Montogomery, David. 2007. Dirt. The erosion of civilizations. University of California Press. USA. 285p.

sábado, 15 de octubre de 2011

Los sistemas alimentarios

Los sistemas alimentarios


Por: Elmer López Rodríguez
Director IDR
Guatemala, 14 de Octubre de 2011

Michael Bomford , especialista de la Universidad del Estado de Kentucky escribió un artículo que me pareció interesante por su enfoque en el tema del sistema alimentario de los Estados Unidos y su relación con el carbón. Aquí presentó las ideas de Bomford como base para plantear lo que en Guatemala deberíamos de hacer.

Las plantas usan la energía del sol para transformar el dióxido de carbono en cadenas orgánicas de carbono ricas en energía y como subproducto liberan el oxigeno el cual después de millones de años de acumulación, ha hecho posible la vida en nuestro planeta tal como hoy la conocemos. La fotosíntesis es la responsable de esta fabricación de energía y también de los grandes depósitos de carbón en forma de petróleo que hace millones de años fueron bosques y dinosaurios. Los alimentos, producto original de la fotosíntesis, son el combustible del ser humano: cadenas de carbón cargadas de energía que nos dan la vida diaria.

Cuando el ser humano inició su carrera civilizatoria, los alimentos se tomaban de la naturaleza sin ningún otro valor agregado más que el esfuerzo por recolectarlo o cazarlo y comerlo. Los sistemas alimentarios dependían de lo que la naturaleza podía proveer.

Según Bomford, en la actualidad, el sistema alimentario de los Estados Unidos es dependiente de los combustibles fósiles y por cada 100 barriles de combustibles fósiles que utiliza, 10 son usados para los insumos en la granja productora tales como combustibles, fertilizantes, pesticidas y maquinaria; 10 para el proceso productivo de los alimentos en la granja; 10 para el transporte de los alimentos del punto de la producción al punto de consumo; 40 para el proceso, empaque y venta de los alimentos; 30 para hacer funcionar las refris donde se guardan los alimentos, estufas para cocinar y otros aparatos usados en la cocina para preparar alimentos. En conclusión, el 80% de la energía fósil usada para que el alimento sea producido y llegue a las mesas, es usada después de que los alimentos salen de la granja productora.

En una sociedad como la guatemalteca tenemos al menos dos sistemas alimentarios. El de los campesinos, que se acerca a una producción sostenible, poco dependiente de los combustibles fósiles; por otro lado el sistema alimentario de las ciudades, que se parece a la de los Estados Unidos.

Para entender cómo llegamos hasta este nivel de dependencia, daremos un repaso a las etapas de la sociedad relacionadas con el carbón. Las civilizaciones han encontrado acumulaciones de carbón, el cual ha sido usado para dar los saltos cualitativos de la humanidad a lo largo de su historia. Se pueden contabilizar cuatro revoluciones humanas totalmente vinculadas con el uso del carbón.

La primera gran revolución tiene que ver con la agricultura y el aumento de las cosechas usando la expansión de tierras. Aquí lo que funciona es la relación Carbono-Nitrógeno del suelo. Cuando esta relación, y en general el ciclo biogeoquímico se pierde, es necesario buscar otros suelos. Con la llegada de la urea y demás fertilizantes, este equilibrio se complementó con este químico para dar lugar a una nueva revolución. La relación carbono nitrógeno de los suelos pasó a un segundo plano y la calidad de los suelos se pierde sin importar las consecuencias.

La segunda revolución se logró con el uso del carbón proveniente de los bosques en forma de leña, madera para la construcción, y como fibra para la producción de papel. La pérdida de los bosques sigue siendo un flagelo para el planeta.

La tercera revolución del carbón llegó cuando se descubrió el uso del carbón mineral y el advenimiento de la máquina de vapor que creó la revolución industrial a finales del siglo XVIII. La revolución industrial aceleró la destrucción de los recursos naturales como los bosques porque servían para la producción de madera y de pulpa para la gran demanda de papel por la invención de la imprenta. El carbón sigue jugando un papel importante pero no tanto como el petróleo que lo ha desplazado en la era postmoderna.

La cuarta revolución inicio con el descubrimiento del petróleo y los motores de combustión interna. El petróleo como fuente de carbón, cambió a la humanidad al convertir todo, principalmente los sistemas alimentarios en dependientes de esta energía.

Hasta hoy ya no hay otro depósito de carbón reconocido y los últimos depósitos de petróleo y carbón mineral actualmente descubiertos no podrán sostener el ritmo de uso por más de 50 años.

Así que estamos a unos pocos años de iniciar el ciclo de declinación de la cuarta revolución y no hay indicios de una nueva revolución con nuevas reservas. La sociedad post carbón, como le llaman algunos es una mezcla de tecnologías que llevarán a usar de mejor manera el carbón aún remanente en los suelos y los bosques. Los territorios que aun tengan estos recursos estarán mejor preparados para el futuro.

Cuando hablamos de la sociedad post carbón, nuestra mente piensa automáticamente en los vehículos y qué pasará para movernos en un mundo sin carbón fósil disponible. La realidad es que los sistemas alimentarios también colapsarán y eso es hoy muy claro al ver como los precios de los alimentos se comportan siguiendo los precios del petróleo. ¿Qué pasará con los sistemas alimentarios globales en la transición para llegar a la sociedad post carbón?

En Guatemala, las tecnologías más usadas para la producción de alimentos son los fertilizantes, los pesticidas y el riego. El suelo no es tomado en cuenta como insumo fundamental y la pérdida ha ocasionado que el 31% de todo el territorio este degradado por la erosión, que está causando también desertización. Estos suelos deben recuperarse y la única manera es con la agroecología.

Una sociedad post carbón necesita de los suelos y de los bosques para su desarrollo y esto solo se logrará si hoy conservamos lo más valioso: nuestros suelos agrícolas y los bosques. Los suelos agrícolas pueden recuperarse con la conservación y manejo de los suelos, principalmente de los suelos de laderas.

La conservación de suelos es una infraestructura de interés público en tierras privadas. Un suelo conservado no irá a parar como sedimento a los embalses de las hidroeléctricas, o a los ríos, lagos o finalmente al mar. Esto hace que el beneficio final sea público. Pero a nivel privado, un suelo agrícola es la base para la producción sostenible. Junto a otros elementos como la mejora de semillas y el riego, la producción agrícola puede ser más productiva y estaremos mejor preparados para la gran interfase de la producción post carbón, en donde los precios de los alimentos se tornaran en una gran ventaja para los que puedan producirlos a bajos costos, es decir, sin el carbón fósil. Para una sociedad dependiente del carbón del petróleo, los precios altos serán una amenaza.

viernes, 7 de octubre de 2011

La sostenibilidad social

Estimados amigos
Poco se ha escrito sobre la sostenibilidad social. Aprovecho para compartir un interesante articulo sobre el tema que aparecio en el documento titulado: The Postcarbon Reader. Managing the 21st century´s sustainable crises.

Saludos cordiales.
Elmer Lopez Rodriguez
IDR.
__________________________________

Definiendo la sostenibilidad Social


Por: Jesse Dillard, Veronica Dujon y Mary King Miembros de la Universidad del Estado de Portland.

Traducción libre: Elmer López Rodríguez

La sostenibilidad es a menudo entendida como compuesta de tres metas mutuamente dependientes y traslapadas.

a) Vivir de una manera que sea ambientalmente sostenible o viable en el largo plazo.

b) Vivir de una manera que sea económicamente sostenible, manteniendo los estándares de vida en el largo plazo, y

c) Vivir de una manera que sea socialmente sostenible, ahora y en el futuro.

A la fecha, las preocupaciones por la sostenibilidad ambiental y económica han eclipsado los esfuerzos para entender los aspectos sociales de la sostenibilidad. Como ha sido anotado por varios autores, pensar en el aspecto social de la sostenibilidad ha sido relativamente ignorado y por lo mismo, el menos desarrollado de los tres conceptos anteriormente mencionados.

Sin embargo, un número cada vez más grande de personas están tratando de integrar las preocupaciones sociales en sus trabajos de sostenibilidad, tanto en la teoría como en la práctica. Esa antología provee una guía para desarrollar un campo de pensamiento desde una variedad de perspectivas.

A la fecha no existe consenso o aun una definición de lo es que es sostenibilidad social. Polese y Stren (2000), describiendo los hallazgos de la UNESCO sobre el proyecto “sostenibilidad social de las ciudades”, identifican la sostenibilidad social como “políticas e instituciones que tienen el efecto total de integrar diversos grupos y prácticas culturales de una manera justa y equitativa”

Muchos analistas han seguido a Robert Putnam (2007) en una exploración del “capital social”, establecido por el Banco Mundial y otros, como lo consistente en “las normas y las redes que permiten la acción colectiva”. Los investigadores trabajando en esta línea han entendido al capital social como la resultante de la participación en las instituciones cívicas. Se presume que la sostenibilidad social debe requerir que el capital social sea mantenido a niveles “sostenibles” para las futuras generaciones, quizá, requiriendo apoyo social de efectivas instituciones cívicas para este fin.

La mayoría de esfuerzos empresariales hacia la sostenibilidad interpretan la sostenibilidad social como caridad, llevada a cabo como un acto de relaciones públicas. Estas son “políticas que motivan a la voluntariedad e involucramiento comunitario y al desarrollo de las comunidades locales” (Tayllor, S, 2003). De acuerdo a un estudio llevado a cabo por PricewaterhouseCoopers (2002) en grandes compañías de USA, 75% de estas firmas que respondieron al estudio, estaban implementando alguna práctica de sostenibilidad en sus negocios, sin embargo, relativamente pocas estaban siguiendo el brazo social del trípode de la sostenibilidad (lenguaje corporativo para definir los objetivos financieros, ambientales y sociales como organización). Allí donde los negocios están atendiendo la parte social de la sostenibilidad, ellos interpretan esto como parte de la filantropía corporativa y algunas veces como políticas para apoyar a los empleados a alcanzar el balance “familia/trabajo” o para evitar el cansancio en la oficina.

En círculos de planificación urbana, el entendimiento tripartito de sostenibilidad es algunas veces referido como las 3E´s (en Ingles: environment, economy and equity): Ambiente, económica y equidad. La sostenibilidad social es concebida como una equidad, sin mucho pensar en qué se requiere para lograr la equidad o si equidad por sí misma es suficiente para lograr la sostenibilidad social.

Una definición más satisfactoria de la sostenibilidad social es proveída por Harrys y Goodwin: “un sistema socialmente sostenible debe alcanzar justicia (igualdad) en la distribución y las oportunidades, adecuada provisión de servicios sociales, incluyendo salud y educación, equidad de género y participación y responsabilidad política (PricewaterhouseCoopers, 2002) A pesar de ser más sólida, esta definición aun le falta los procesos sociales requeridos para alcanzar la sostenibilidad económica y ambiental que les preocupa a la mayoría.

Los economistas ambientales han enfocado su atención sobre los temas de derechos de propiedad, con la idea de que más claridad sobre la propiedad facilita un mejor manejo ambiental. Sin embargo, las instituciones sociales favorables a mejores resultados en temas ambientales vinculados a los derechos de propiedad pueden tener consecuencias sociales adversas. A menudo estas consideraciones sociales están ignoradas, como en el caso de ecologistas que puntualizan las ventajas ecológicas de un manejo colectivo de un grupo de recursos sin tomar en cuenta que la gobernanza del grupo no es democrático, sino que empodera solo una pequeña porción de la comunidad (Alcorn & Toledo, 1998).

Consecuentemente, varias contribuciones para entender las dimensiones sociales de la sostenibilidad usan una definición de trabajo de los aspectos sociales de la sostenibilidad desarrollados con el tiempo en algunos seminarios:

Las dimensiones sociales de la sostenibilidad deberían ser entendidas como

a) Los procesos que generan salud social y bienestar ahora y en el futuro, y

b) Aquellas instituciones sociales que facilitan la sostenibilidad económica y ambiental ahora y en el futuro.

Los procesos son un medio y un fin de la sostenibilidad social. Sin duda, para los aspectos sociales de la sostenibilidad en particular, los procesos suelen ser a menudo más importantes que los resultados. Por ejemplo, altas tasas de alfabetismo alcanzados por una ciudadanía involucrada en un proceso planificado democráticamente, como en Kerala, India, puede ser más sostenible socialmente que aun tasas más altas de alfabetismo alcanzadas en un sistemas autoritario.

A pesar de todo, una adecuada definición de trabajo de los aspectos sociales de la sostenibilidad representa solo el primer paso en desarrollar un mejor entendimiento del concepto.

Bibliografia

Polese, M; y Stren, R. 2000. The social sustainability of cities: diversity and the management of change (Totonto: University of Toronto Press) 229p.

Putman, R. 2007. Bowling alone: The collapse and revival of American community; World Bank, Social Capital Initiative.

Taylor, S. 2003. The human resources side of sustainability. Presentation at Portland State University.

PricewaterhouseCoopers, 2002. Social Sustainability Survey Report, 2002.

Harris, J; & Goodwin, N. 2001. A survey of sustainability development: social and economic dimensions. Washington DC. Island Press.

Alcorn, J & Toledo, V. 1998. Resilient resource management in Mexico´s forest ecosystems: The contribution of property rights. Cambridge UK: Cambridge University Press.

Isaac, T & Franke, R. 2002. Local democracy and development: The Kerala people´s campaign for decentralized planning.